Chipìa (Por:Vicente Davila 1921)

PEDRO MIGUEL CHIPIA

   A las cuatro de la tarde del 11 de Abril de 1817, orillas del Orinoco y Caroní, pueblo de San Félix, chocó el batallón  Barlovento de la vanguardia patriota con el ejército del Brigadier D. Miguel de la Torre.
El Cnel. Chipia su comandante, sin esperar órdenes dePiar puesto que la Torre venia avanzando con su granizadade balas, rompió con su voz de mando: "Alto, frente, alinear,"
frase que al punto fué completada por su Capitán, el Tte. Cnel. José María Landaeta, con la de "fuego a la bayoneta".

     Los hechos secundaron a las palabras y en poco tiempo arrollados se vieron los 17()0 soldados del Rey. Todo el esfuerzo de la Torre, que era un táctico y valiente, y el denuedo del Gobernador de Guayana D. Nicolás Ceruti, que a la cabeza del Cachiri sostuvo con arrojo y temple corajudo el desaliento de la derrota, no pudieron en nada contener el empuje arroUador de los bravos a quienes alentaba el Ímpetude Piar.
Es heroico el gesto del trujillano Chipia y del caraqueño Landaeta, que bastó para decidir del triunfo. Pero no es me- (2) "El Gran Pecado de Venezuela", donde se Inserta un escrito bien documentado de Ltno üuarte Level; y O'Leary, tomo XV.
— senos el del español Ceruti que se impuso en el desastre con el "firme Cachiri". Es la misma frase consagrada por el eminente Dr. y Gral. Custodio Garcia Rovira, cuando reunido a Urdaneta en Fbro. de 1816 fueron luego destrozados en el páramo de Cachiri, a tres jornadas de ücaña, por los realistas de la Torre y D. Sebastián  de la Calzada.

En vano quiso detener Garcia Rovira el desastre de sus arm-as: y la frase "firme Cachiri" quedó en aquella cumbre como el esfuerzo de un valiente en su desesperanza. (1) Otras semejantes tiene nuestra historia: la del granadino  José María Córdoba "armas a discreción y pasos de vencedores" en Ayacucho, y la del realista D. Tomás G.ircia, cuandoen la noche del 24 de Junio del 21, entre el fragor de la derrota sólo se ola el "Valcncey," con que se oponía al empuje de los vencedores en Carabobo.
En aquellos morichales, húmedos de las brisas del Orinoco y Caroni, resuenan desde entonces las frases imperativas de "alto, frente, alinear" y "fuego a la bayoneta" de Chipia y Landaeta; y la no menos enérgica y bravia de "firme Cachiri", con que Ceruti trató en lo humanamente posible levantar el honor de las huestes hispanas en la rota.

    A las seis de la tarde Piar era vencedor en San Félix, y agregaba a los recién cortados laureles del Juncal este manojo, que muy pronto iba a regar con su misma sangre generosa en el putíbulo de Angostura. "¡Ironía del destino! Piar firmaba con esta victoria su sentencia de muerte" (2) De sus 1.200 soldados cayeron en el surco de esta jornada dos de sus brillantes tenientes, los mismos que dieron en un momento de inspiración épica las voces marciales del triunfo. Pedro Miguel Chipia y José María Landaeta pagaron con sus vidas el arrojo de sus pechos varoniles. (1) Colombia agradecida consagró la frase en el bajo relieve del bronce estatuario, que se iergue en el parque "García Rovira" de Bucaramanga, inauguro  en 1907 por el Dr. Aurelio Mutis, Gobernador de la Provincia. García Rovira. nació en Bucaramanga en 1790 y fué fusiliado el 8 de Agosto de 1816 por Morillo. Su hermano D. José Eleuterio, radicarlo en San Antonio del Táchira prestó allí sus servicios a la Independencia. Son deudos "de estos Proceres el EH*. José Bosario García, y D. Kermes García G., periodista colopabiano el segiMido, quien nos facilitó los escritos sobre Gar<;ía Rovira, hijo éste de D. Juan de Dios García y D. Rosa Rovira. (2) Aníbal Galindo, "Bataililas decisivas de la Libertad", Este granadino es deudo del €d«1. Benaando Galiodo, teniente de Piar y su etócuéote' defensor.

¡Felices los que mueren así, dejando en patrimonio a su
.país una hoja de laurel que a medida que los años pasan
reverdece más!
i Heroicos combatientes que supisteis grabar en la historia
una frase de las que no mueren nunca, porque decidió una
batalla campal, y se escribió con sangre, que es indeleble, de
vuestras mismas rotas arterias!
  El día siguiente sus compañeros Pedro León Torres, José Antonio Anzoátcgui y Bartolomé Salóm recibieron ascensos de Generales de Brigada los dos primeros y de Gncl. Efectivo el último, en premio de su valor. Chipia y Lankiaeta han debido recibir los mismos honores aun después de muertos, por haberlos merecido más que otros. Ia hoja de servicios del Trujillano data de 1813, cuandopor Octubre se unió a Bolívar en su Provincia. En la batalla de Araure, el 5 de Dibre. de este año, sus presillas de Cap. se humedecieron con su sangre; siguió los azares del 14 y en la emigración a la Nueva Granada fué; asistió con Bolívar al sitio y toma de Bogotá que defendía el Dr. Manuel Bernardo Alvarez en su carácter de Dictador; y en todas las dificultades de Mompox y Cartagena se halló también.
Sirvió de Secretario en la Junta de Oficiales reunida en la villa de Turbaco el 25 de Abril del 15, para conocer de la renuncia que Bolívar hacía de jefe de la expedición, en vista de estar las autoridades de Cartagena resueltas a perecer antes  de tratar con él.

Este desempeño da un carácter de hombre de letras a Chipia. Pero la Junta no admitió la  renuncia ni reconoció al comisionado D. Juan Marimón, Canónigo de Bogotá, con suficientes  poderes para aceptarla, en cuya virtud dispuso el asedio de la plaza. Firmaron Florencio Palacios, Tomás Montilla,
Ambrosio Plaza, Pedro León Torres, José Antonio Anzoátcgui, Bartolomé Qiaves, Domingo Pumar y otros. Es sensible encontrar entre los opositores cartageneros que acompañaron a Manuel del Castillo en su enemistad personal con Bolívar, desde las desavenencias por cuestiones de mando del año 13, a los caraqueños Mariano Montilla, su deudo, y Pedro Gual. Siendo asi que esta oposición sistemática de Castillo tuvo parque y el sojuzgamiento de la Nueva Granada. Bolívar, rechazado en los muros de Cartagena y no queriendo prolongar una guerra civil, ante el aviso de que la expedición de D. Pablo Morillo se acercaba, resolvió dejar el mando en la persona del Gral. Florencio Palacios, acepto a sus enemigos, y en consecuencia se expatrió dolorosamente de las playas granadinas en Junio del mismo 15. Entre los emigrantes iba Chipia. Dado el influjo y personalidad del expatriado, consiguió del célebre Alejandro Petion auxilios para una expedición que salió de los Cayos de San Luis de Haití el 31 de Marzo. Una vez arribada al puerto de Juan Griego en la Isla de Margarita el 3 de Mayo siguiente, dispuso las operaciones militares. (3)

El Gral. Manuel Piar salió de jefe sobre los llanos de Barcelona, donde sería apoyado por los Grales. José Tadeo Monagas y Andrés Rojas, que no habían abandonado el país.
Con él iba Chipia para entonces Tet. Cnel. Unido a Mac-Grcgor, Pedro María Freites y Carlos Soublette, que venían de ejecutar la audaz retirada de Ocumare de la Costa hasta Barcelona, atacaron a Francisco Tomás Morales a quien vencieron el 28 de Stbre. del mismo 16, en la célebre batalla del Juncal. Piar, que era el Gral. más antiguo, dirigió la acción. Chipia ganó allí el grado de Cnel. Partióse el vencedor con rumbo a Guayana, "y es a este movimiento, hijo exclusivo del genio militar de Piar, al que, extratégicamente hablando, se debe la independencia de Colombia." (4)
En el Diario de Operaciones de esta campaña se encuentra que el 19 de Dibre. salió el Cnel. Chipia, en unión de Anzoátegui y José Manuel Olivares, al Cantón de Inaria a preparar canoas para el paso del río Caura, a fin de internar las fuerzas a Guayana. Allí enfermó Chipia de paludismo, tanto que su batallón Barlovento tuvo de seguir con el Mayor Anzoátegui.
Ya para el 28 pudo ponerse al frente y continuó la marcha, llevando preso al Tet. Cnel, Manuel Matos, desertado la noche anterior, el que fué depuesto y arrestado. El 1' de (3) La Republica de Venezuela agradecida al protector de Bolívar en su Proclama erigiò en 1911, primer Centenario de su Independencia, el bronce de Petion que se levanta larro^ante en uno de los parques de Caracas.

(4) Aníbal Galindo, obra citada.
Enero del 17 una vez atravesado el Caura por el paso de los Negros, rechazando Chipia a las realistas que lo defendían, saludó Piar a sus soldados alentándolos a la conquista de Guayana. Sus fuerzas sumaban unos 1.000 hombres áe todas armas.

En marcha hacia Angostura a los 18 días atacó la plaza: Torres y Chipia, con 100 hombres cada uno, se estrellaron en los muros. Asaltaron con el coraje acostumbrado pero fue vano su intento. Piar comprendió, como buen Capitán, que no era en la ciudad donde estaba el triunfo, y abandonando el empeño frustrado atravesó el Caroni y acampó en San Antonio de las Misiones.

El 4 de Fbro. recibió instrucciones el Cnel. Chipia, jefe de la vanguardia, donde se le ordenaba mantener a todo trance libre de enemigos el paso del Carauchi; defender el parque que se dejaba allí; protejer u los indígenas en sus bienes, y tratarlos bien, a fin de utilizarlos en la guerra; establecer fraguas y solicitar hierro para forjar lanzas; y por último lo facultaba a tomar las medidas que juzgara convenientes al mejor servicio del ejército.
Por la comisión dada al Trujillano Chipia se juzga de sus facultades organizadoras, cosa más difícil en un militar que combatir y vencer al enemigo.
Nombrado en Marzo Cmdte. del Distrito Caraní, prosiguió con su acostumbrada actividad en la construcción de piraguas, no sólo para atender al paso del rio sino también para atacar a las fuerzas sutiles de los realistas, tratando, una vez que se encontró frente a la Isla de Fajardo, de interrumpir la comunicación de éstos entre las dos Guayanas.

En conocimiento a primeros de Abril de que el Gral. la Torre, que había venido del Apure en auxilio del Gobernador Ceruti, bajaba a los castillos de la Vieja Guayana, comunicó al punto la nueva a Piar, quien voló a Caruachi llegando a San Félix en vísperas de la batalla.
Tales los servicios del Cnel. Pedro Miguel Chipia a la causa de la Independencia. (5)

(5Debe observarse que en la relación del Tt. Juan José Conde, testigo presencial del fusLInniFenlo de Piar, l>ecJ»a en lí<39, lUma a Chkpía José Marki, IQ que siguió Baralt en su historia. Pero en los Diarios <le Vas Operaciones de Guayana se le nombra Pedro Miguel, y así le trae también Tomás Montllia en el parte de la batalla' de Araure. Se hace esta aclaratoria a fln de quí sepan es uno mismo el José Marta y el Pedro Miguel Chipia que murió en el campo de San Felix . (Blanco y Aipunia, tomo VI; y Oleary, tomo XV.)

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