PEDRO MIGUEL CHIPIA
A las cuatro de la
tarde del 11 de Abril de 1817, orillas del Orinoco y Caroní, pueblo de San
Félix, chocó el batallón Barlovento de
la vanguardia patriota con el ejército del Brigadier D. Miguel de la Torre.
El Cnel. Chipia su comandante,
sin esperar órdenes dePiar puesto que la Torre venia avanzando con su
granizadade balas, rompió con su voz de mando: "Alto, frente,
alinear,"
frase que al punto fué
completada por su Capitán, el Tte. Cnel. José María Landaeta, con la de
"fuego a la bayoneta".
Los hechos secundaron a
las palabras y en poco tiempo arrollados se vieron los 17()0 soldados del Rey.
Todo el esfuerzo de la Torre, que era un táctico y valiente, y el denuedo del
Gobernador de Guayana D. Nicolás Ceruti, que a la cabeza del Cachiri sostuvo
con arrojo y temple corajudo el desaliento de la derrota, no pudieron en nada
contener el empuje arroUador de los bravos a quienes alentaba el Ímpetude Piar.
Es heroico el gesto del
trujillano Chipia y del caraqueño Landaeta, que bastó para decidir del triunfo.
Pero no es me- (2) "El Gran Pecado de Venezuela", donde se Inserta un
escrito bien documentado de Ltno üuarte Level; y O'Leary, tomo XV.
— senos el del español
Ceruti que se impuso en el desastre con el "firme Cachiri". Es la
misma frase consagrada por el eminente Dr. y Gral. Custodio Garcia Rovira,
cuando reunido a Urdaneta en Fbro. de 1816 fueron luego destrozados en el
páramo de Cachiri, a tres jornadas de ücaña, por los realistas de la Torre y D.
Sebastián de la Calzada.
En vano quiso detener
Garcia Rovira el desastre de sus arm-as: y la frase "firme Cachiri"
quedó en aquella cumbre como el esfuerzo de un valiente en su desesperanza. (1)
Otras semejantes tiene nuestra historia: la del granadino José María Córdoba "armas a discreción y
pasos de vencedores" en Ayacucho, y la del realista D. Tomás G.ircia,
cuandoen la noche del 24 de Junio del 21, entre el fragor de la derrota sólo se
ola el "Valcncey," con que se oponía al empuje de los vencedores en
Carabobo.
En aquellos morichales,
húmedos de las brisas del Orinoco y Caroni, resuenan desde entonces las frases
imperativas de "alto, frente, alinear" y "fuego a la
bayoneta" de Chipia y Landaeta; y la no menos enérgica y bravia de
"firme Cachiri", con que Ceruti trató en lo humanamente posible
levantar el honor de las huestes hispanas en la rota.
A las seis de la tarde
Piar era vencedor en San Félix, y agregaba a los recién cortados laureles del
Juncal este manojo, que muy pronto iba a regar con su misma sangre generosa en
el putíbulo de Angostura. "¡Ironía del destino! Piar firmaba con esta
victoria su sentencia de muerte" (2) De sus 1.200 soldados cayeron en el
surco de esta jornada dos de sus brillantes tenientes, los mismos que dieron en
un momento de inspiración épica las voces marciales del triunfo. Pedro Miguel
Chipia y José María Landaeta pagaron con sus vidas el arrojo de sus pechos
varoniles. (1) Colombia agradecida consagró la frase en el bajo relieve del
bronce estatuario, que se iergue en el parque "García Rovira" de
Bucaramanga, inauguro en 1907 por el Dr.
Aurelio Mutis, Gobernador de la Provincia. García Rovira. nació en Bucaramanga
en 1790 y fué fusiliado el 8 de Agosto de 1816 por Morillo. Su hermano D. José
Eleuterio, radicarlo en San Antonio del Táchira prestó allí sus servicios a la
Independencia. Son deudos "de estos Proceres el EH*. José Bosario García,
y D. Kermes García G., periodista colopabiano el segiMido, quien nos facilitó
los escritos sobre Gar<;ía Rovira, hijo éste de D. Juan de Dios García y D.
Rosa Rovira. (2) Aníbal Galindo, "Bataililas decisivas de la
Libertad", Este granadino es deudo del €d«1. Benaando Galiodo, teniente de
Piar y su etócuéote' defensor.
¡Felices los que mueren
así, dejando en patrimonio a su
.país una hoja de
laurel que a medida que los años pasan
reverdece más!
i Heroicos combatientes
que supisteis grabar en la historia
una frase de las que no
mueren nunca, porque decidió una
batalla campal, y se
escribió con sangre, que es indeleble, de
vuestras mismas rotas
arterias!
El día siguiente sus
compañeros Pedro León Torres, José Antonio Anzoátcgui y Bartolomé Salóm
recibieron ascensos de Generales de Brigada los dos primeros y de Gncl.
Efectivo el último, en premio de su valor. Chipia y Lankiaeta han debido
recibir los mismos honores aun después de muertos, por haberlos merecido más
que otros. Ia hoja de servicios del Trujillano data de 1813, cuandopor Octubre
se unió a Bolívar en su Provincia. En la batalla de Araure, el 5 de Dibre. de
este año, sus presillas de Cap. se humedecieron con su sangre; siguió los
azares del 14 y en la emigración a la Nueva Granada fué; asistió con Bolívar al
sitio y toma de Bogotá que defendía el Dr. Manuel Bernardo Alvarez en su
carácter de Dictador; y en todas las dificultades de Mompox y Cartagena se
halló también.
Sirvió de Secretario en
la Junta de Oficiales reunida en la villa de Turbaco el 25 de Abril del 15,
para conocer de la renuncia que Bolívar hacía de jefe de la expedición, en
vista de estar las autoridades de Cartagena resueltas a perecer antes de tratar con él.
Este desempeño da un
carácter de hombre de letras a Chipia. Pero la Junta no admitió la renuncia ni reconoció al comisionado D. Juan
Marimón, Canónigo de Bogotá, con suficientes
poderes para aceptarla, en cuya virtud dispuso el asedio de la plaza.
Firmaron Florencio Palacios, Tomás Montilla,
Ambrosio Plaza, Pedro
León Torres, José Antonio Anzoátcgui, Bartolomé Qiaves, Domingo Pumar y otros.
Es sensible encontrar entre los opositores cartageneros que acompañaron a
Manuel del Castillo en su enemistad personal con Bolívar, desde las
desavenencias por cuestiones de mando del año 13, a los caraqueños Mariano
Montilla, su deudo, y Pedro Gual. Siendo asi que esta oposición sistemática de
Castillo tuvo parque y el sojuzgamiento de la Nueva Granada. Bolívar, rechazado
en los muros de Cartagena y no queriendo prolongar una guerra civil, ante el
aviso de que la expedición de D. Pablo Morillo se acercaba, resolvió dejar el
mando en la persona del Gral. Florencio Palacios, acepto a sus enemigos, y en
consecuencia se expatrió dolorosamente de las playas
granadinas en Junio del mismo 15. Entre los emigrantes iba Chipia. Dado el
influjo y personalidad del expatriado, consiguió del célebre Alejandro Petion
auxilios para una expedición que salió de los Cayos de San Luis de Haití el 31
de Marzo. Una vez arribada al puerto de Juan Griego en la Isla de Margarita el
3 de Mayo siguiente, dispuso las operaciones militares. (3)
El Gral. Manuel Piar
salió de jefe sobre los llanos de Barcelona, donde sería apoyado por los Grales.
José Tadeo Monagas y Andrés Rojas, que no habían abandonado el país.
Con él iba Chipia para
entonces Tet. Cnel. Unido a Mac-Grcgor, Pedro María Freites y Carlos Soublette,
que venían de ejecutar la audaz retirada de Ocumare de la Costa hasta Barcelona,
atacaron a Francisco Tomás Morales a quien vencieron el 28 de Stbre. del mismo
16, en la célebre batalla del Juncal. Piar, que era el Gral. más antiguo,
dirigió la acción. Chipia ganó allí el grado de Cnel. Partióse el vencedor con
rumbo a Guayana, "y es a este movimiento, hijo exclusivo del genio militar
de Piar, al que, extratégicamente hablando, se debe la independencia de
Colombia." (4)
En el Diario de
Operaciones de esta campaña se encuentra que el 19 de Dibre. salió el Cnel.
Chipia, en unión de Anzoátegui y José Manuel Olivares, al Cantón de Inaria a
preparar canoas para el paso del río Caura, a fin de internar las fuerzas a
Guayana. Allí enfermó Chipia de paludismo, tanto que su batallón Barlovento
tuvo de seguir con el Mayor Anzoátegui.
Ya para el 28 pudo
ponerse al frente y continuó la marcha, llevando preso al Tet. Cnel, Manuel
Matos, desertado la noche anterior, el que fué depuesto y arrestado. El 1' de
(3) La Republica de Venezuela agradecida al protector de Bolívar en su Proclama
erigiò en 1911, primer Centenario de su Independencia, el bronce de Petion que
se levanta larro^ante en uno de los parques de Caracas.
(4) Aníbal Galindo,
obra citada.
Enero del 17 una vez
atravesado el Caura por el paso de los Negros, rechazando Chipia a las realistas
que lo defendían, saludó Piar a sus soldados alentándolos a la conquista de
Guayana. Sus fuerzas sumaban unos 1.000 hombres áe todas armas.
En marcha hacia
Angostura a los 18 días atacó la plaza: Torres y Chipia, con 100 hombres cada
uno, se estrellaron en los muros. Asaltaron con el coraje acostumbrado pero fue
vano su intento. Piar comprendió, como buen Capitán, que no era en la ciudad
donde estaba el triunfo, y abandonando el empeño frustrado atravesó el Caroni y
acampó en San Antonio de las Misiones.
El 4 de Fbro. recibió
instrucciones el Cnel. Chipia, jefe de la vanguardia, donde se le ordenaba
mantener a todo trance libre de enemigos el paso del Carauchi; defender el
parque que se dejaba allí; protejer u los indígenas en sus bienes, y tratarlos
bien, a fin de utilizarlos en la guerra; establecer fraguas y solicitar hierro
para forjar lanzas; y por último lo facultaba a tomar las medidas que juzgara
convenientes al mejor servicio del ejército.
Por la comisión dada al
Trujillano Chipia se juzga de sus facultades organizadoras, cosa más difícil en
un militar que combatir y vencer al enemigo.
Nombrado en Marzo
Cmdte. del Distrito Caraní, prosiguió con su acostumbrada actividad en la
construcción de piraguas, no sólo para atender al paso del rio sino también
para atacar a las fuerzas sutiles de los realistas, tratando, una vez que se
encontró frente a la Isla de Fajardo, de interrumpir la comunicación de éstos
entre las dos Guayanas.
En conocimiento a
primeros de Abril de que el Gral. la Torre, que había venido del Apure en
auxilio del Gobernador Ceruti, bajaba a los castillos de la Vieja Guayana,
comunicó al punto la nueva a Piar, quien voló a Caruachi llegando a San Félix
en vísperas de la batalla.
Tales los servicios del
Cnel. Pedro Miguel Chipia a la causa de la Independencia. (5)
(5Debe observarse que
en la relación del Tt. Juan José Conde, testigo presencial del fusLInniFenlo de
Piar, l>ecJ»a en lí<39, lUma a Chkpía José Marki, IQ que siguió Baralt en
su historia. Pero en los Diarios <le Vas Operaciones de Guayana se le nombra
Pedro Miguel, y así le trae también Tomás Montllia en el parte de la batalla'
de Araure. Se hace esta aclaratoria a fln de quí sepan es uno mismo el José
Marta y el Pedro Miguel Chipia que murió en el campo de San Felix . (Blanco y
Aipunia, tomo VI; y Oleary, tomo XV.)
Fuente Consultado:
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